Existen diversas tradiciones y ritos para recibir el año nuevo con buen pie. Una de las más conocidas es la de tomar las doce uvas de la suerte el día 31 junto a las campanadas que dan paso al nuevo año. Y lo mejor es hacerlo con un producto de calidad certificada, garantía del mejor sabor y tradición como es la Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó. Se trata de una Denominación de Origen Protegida con más de tres décadas de historia, que ampara siete variedades de uva de mesa cultivadas en la comarca del Medio Vinalopó (Provincia de Alicante), un territorio que atesora una tradición centenaria en la producción de la uva de mesa.
¿Pero qué hace diferente y única a esta uva? Dos son sus características diferenciadoras: el microclima de la zona de cultivo en el Valle de Vinalopó y su técnica cultural de embolsado. Las uvas se cultivan protegidas por un bolso de papel que se coloca justo antes del envero, proceso por el que las uvas cambian de color. El bolso se coloca a principios de junio o julio y permite que todo el racimo tenga el mismo proceso de maduración y color característicos, así como que la piel de los gajos sea más fina. Todo este proceso se lleva a cabo de forma artesanal, al igual que la vendimia. Una vez recogidos en el campo, se trasladan a los almacenes de confección, para realizar los controles de calidad y preparar los racimos para llevarlos al mercado. Un 60% de esa producción de la uva embolsada de Vinalopó se comercializa en el mercado nacional, mientras que el 40% restante se exporta. Y es precisamente, estas fechas navideñas su época de mayor consumo.
¿Y cómo puede identificar los consumidores esta uva? Pues es muy fácil, deben buscar su sello europeo de calidad diferenciada en su punto de venta habitual, porque esa es la garantía de que el producto que está consumiendo es un producto certificado con Denominación de Origen Protegida.
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